Mujer, Naciste Para ser Libre
En mi trayectoria he podido interactuar con diferentes mujeres las cuales han tenido que enfrentarse a muchos desafíos similares a los míos, en sus diferentes roles y facetas y no saben que hacer. Como consecuencia, viven con heridas profundas en su corazón, las cuales deteriora su autoestima, sus relaciones, la toma de decisiones y el establecimiento de metas a corto y a largo plazo.
Puede ser que, en tus momentos de soledad, comienzas a reflexionar sobre tu vida y te encuentras contigo misma. Y puedes descubrir cosas que solo tu conoces, es como abrir un gran baúl de recuerdos que te hacen sentir muchas emociones inolvidables. Recuerdos alegres que te llenan de mucha alegría y satisfacción, pero también recuerdos tristes y muy dolorosos, los cuales no quieres ni pensar. Es como si quisieras borrarlos completamente de tu memoria, secretos que solo tu conoces.
Un día tuve que reconocer que el único que puede sanar mi interior, mi corazón herido y abrir mi cárcel espiritual es Dios. Un día fui confrontada en mi soledad, y El vino a tocar la puerta de mi corazón para invitarme a sanar y ser libre de las cadenas que me tenían atada. Lo único que tuve que hacer fue reconocer mi condición y abrir la puerta de mi corazón para recibir la libertad que Él prometió para cada uno de nosotros. Recibí sanidad física, emocional y espiritual, por tal razón puedo decir: ¡Nací para ser libre!
Tengo buenas noticias para ti, es mi deseo el poder ayudar a muchas mujeres que quieren sobreponerse a su situación actual y desean que sus vidas sean transformadas. No importa cuales sean los desafíos que puedas estar experimentando, puedes obtener sanidad y experimentar una verdadera libertad.
“ Y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres”. Juan 8:32